Capitulo 1
“durante años vivimos en miedo, miedo y esperanza, nuestro país
estuvo asediado por dragones verdes, cuando estos desfilaban por el cielo hacían
que todos nos encogiéramos en nuestras aldeas, el único que no s brindaba
consuelo era Dios, ninguno de los paganos comprendía esto, pero nuestro creador
nos dijo como tener poder, a lo largo de los años que vivieron nuestros
ancestros bajo el control de los dragones, el nos mostró el camino, nos dijo
que un día un continente aparecería, asi que nos preparamos, todos podemos usar
nuestro poder, pero no contra los dragones, esas criaturas son enviadas para
castigar, para probar la fe de quienes vivimos aquí, así que con nuestro poder
aumentado subyugamos a cientos de pueblos, a lo largo de los milenios
conseguimos poder más allá de nuestras fantasías, pero siempre albergando
terror mudo por la justicia que sobrevolaba nuestra nación.
Un dia vimos que se habían cumplido las profecías, a solo un
mes de distancia, una enorme extensión de tierra apareció, a toda prisa
seguimos los consejos de Dios para construir aquello que nos llevaría a nuestro
destino, las manos callosas, sangrantes, muchos de los súbditos paganos
fallecieron en la construcción, pero siempre había mas, al fin la flota estaba
lista, cuatro años construyendo y a tiempo mil embarcaciones que dieron cabida
a toda la población de Terraland, desde los artesanos mas humildes hasta
nuestro rey, todos partimos como un bosque de ese lugar condenado, a pesar de
que varios querían llevar esclavos, nuestro señor nos dijo que a donde
llegaramos todos podrían ser esclavos nuestros, asi que los liberamos, quemamos
nuestras casas y envenenamos nuestras reservas, nadie de los paganos debía vivir
a costa de lo que nosotros tuvimos, eso sin contar con que no estábamos ofreciendo
los sacrificios de personas y comida a los dragones desde hacia un año (teníamos
que hacer reservas para el viaje) por lo que vendrían por ellos, si, quienes carecían
de fe no merecían un continente, aun uno tan arruinado como el nuestro.
El viaje fue sin contratiempos, perdimos unas cien naves que
viajaban al frente, pero no era problema, solo gente de baja ralea viajaba ahí,
esas naves eran tributo para los dragones de mar, quienes tomaron cada una de
nuestras ofrendas y nos dejaron pasar, yo iba en la nave de los soldados rasos
del primer regimiento de nuestro señor, ahí
pude contemplar a quienes no siguieron las pautas de dios y murieron en aguas
cenagosas teñidas de rojo, lo mas que hice por ellos fue rezar.
Arribamos al dia diez del año 10000 D.N (después de nuestro
señor) las playas eran vastas y el continente se alzaba como una sola
montaña, arribamos a una ciudad pequeña,
eran pescadores, una ves que eliminamos a todos los guardias interrogamos a la población,
al parecer era nueva la ciudad debido a un cataclismo que tenía menos de cinco
años de haber ocurrido, eso coincidia con nuestros designios, unos cuantos de
los que se resistieron usaron magia, nada peligroso, no con nuestros sacerdotes
de batalla, estos usando la gracia divina nos protegieron mientras masacrábamos
eliminábamos a esos enemigos.
Ahora que ya establecimos cabeza de playa, las tropas
comienzan el desembarco, la belleza de la arena sin calcinar, bosques frondosos
que susurran felices ante la llegada de los siervos de Dios, mullido pasto en
el que nuestros pies descansan durante los ascensos, bellezas como solo una
criatura sagrada pudo haber creado. Las criaturas que viven aquí se resisten
muy poco, cuando conocen la ira sagrada
la mayoría huyen del poder, hemos tenido pocas bajas, sin embargo confio que
pronto todas las naves desembarquen y pongamos fin a todos los paganos que se
infiltraran en el continente dejado a nosotros por Dios.
Sinceramente
Cabo Ackeman”
No puedo seguir leyendo esta porquería, el cabo me mira como
si fuera una obra sagrada, ¡pff! A quien importa lo sagrado, lo mando a prisa a
prepararse, mucha fantasía en sus letras, que bueno que me lo dio a mí, un
sacerdote lo pondría en esos estúpidos volúmenes de literatura nueva que llaman
“la nueva revelación” aquí no hay tiempo
de ninguna de esas estupideces, el cielo solo amanece con más enemigos, solo
hay dificultades a cada paso, muerte por metro, ¡nadie dijo que estarían bien
armados! ¡nadie me advirtió que incluso los ancianos se resistieran, pelean
todos contra nosotros, con miedo, sabiendo que morirán, ¡solo son aldeanos! Esto
no es ilidico, esta invasión es un infierno, Greenland es un infierno.
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